6 de agosto 2007
Alemania
Frankfurt - Heidelberg - Rothenburg ob der Tauber - Münich
Hoy por fin hubo un buen desayuno en el hotel, como era de otra línea (este era NH y los otros habían sido Ibis Acor) pudimos disfrutar de carnes frías, algo salado, pan, fruta, yoghurt, jugos varios y demás...
Salimos temprano hacia Münich, pero de paso llegamos a otros pueblos o ciudades, no sabemos cómo se clasifican.
Primero llegamos casi luego luego a Heidelberg, un pueblito pintoresco al pie de un castillo llamado el Castillo Palatino. Estuvimos caminando un buen rato por ahí, tomamos fotos, cambiamos monedas para tener cambio y compramos unos recuerditos.
Después nos fuimos en el autobús hacia otro pueblo, pero pasó un buen rato en lo que llegamos: pudimos dormir un poco más y descansar, aunque eso es relativo: viajar en autobús es MUY cansado y no importa que te duermas, al final del día (o sea ahorita que estamos escribiendo) tenemos mucho cansancio).
Después de un buen rato y de mucha música en el iPod, llegamos a Rothenburg ob der Tauber, una ciudad muchísimo más pintoresca rodeada enteramente por una muralla. Dice la leyenda que ese pueblo era protestante, como a la fecha lo es, y en el tiempo de la Guerra de los 100 años y esos rollos que se dieron por la Reforma de Lutero, llegaron soldados católicos a invadirla, pero los habitantes de la ciudad, muy vivos y muy borrachos les propusieron el reto: una persona de cada bando debía beberse al hilo y enterito un tarro de 4 litros de cerveza del lugar, y quien lo lograra sería el vencedor, así se evitaría la pelea. El punto es que los católicos aceptaron y al hacer el reto, los habitantes de Rothenburg ganaron por lo que los católicos se tuvieron que retirar. Esa leyenda es conocida como el 'Trago Místico', y la recuerdan a cada hora pues en el reloj del centro de la ciudad, en vez de salir un pájaro cucu, aparecen dos muñecos que se empinan su tarro y uno se supone que logra beber su cerveza.
En ese pueblo está también ubicada la iglesia de San Jacobo o Santiago, una iglesia protestante muy bonita. Nos tomamos fotos ahí y en la muralla. También se encuentra la tienda navideña más grande de Europa, aunque es agosto la tienda está llena de chucherías y cosas para la época navideña, muy bonitas. Lástima que no se podían tomar fotos, sino les mostrábamos. El punto es que salieron buenas ideas para que en un futuro hagamos nuestros propios adornos.
En Ruthenburg también se encuentra el restaurante de la señora Imelda, una mexicana que se casó con un alemán y puso su changarro de comida mexicana en el lugar, así que para recordar viejos tiempos comimos ahí: comimos carne digamos que con nombre mexicano pero cocinado estilo alemán. Por cierto el bistec de Lore era como de más de un centímetro de grueso, y el chamorro de Javier era gigante. EL bistec además venía acompañado de ratatouille, que por fin pudimos probar, ya que teníamos la curiosidad de saber qué era desde que vimos la película: es como una ensalada en un caldillo de jitomate, contiene calabazas en rodajas, tomillo y otra cosa que no supimos que era, ya investigaremos.
De Ruthenburg partimos para Münich, llegamos a eso de las 6.30pm y nos tocó el atardecer en la ciudad. Pasamos directo al hotel pero el guía nos recomendó (maldito sea) que nos fuéramos a pasear al centro usando el metro, y dijo que era bien fácil hacerlo (de hecho sí, pero ya contaremos qué pasó).
Toda la gente del grupo quería ir, así que acordamos comprar el boleto para cada cinco personas con cualquier número de viajes, ahí mismo en el hotel, donde nos dijeron (malditos sean) que el metro cerraba hasta las 12.30, y nos fuimos todos en bola de la estación Arabellapark hasta Odeonsplatz. Como los demás casi no habían usado metros en otras ciudades, iban bien ñoños, y quien sabe si en México (todos los que fuimos éramos de allá) lo hayan usado alguna vez. El caso es que Lore y yo nos supimos mover muy bien, llegamos a la estación y de ahí nos desafanamos para pasear juntos nosotros dos, no sin antes quedar de acuerdo con los del grupo (malditos sean) de vernos ahí mismo a las 10.30pm aunque los ñoños querían irse todos juntitos pero pues no es nuestro estilo, además caminaban muy lento y algunos se les veían ganas de ver aparadores y esas cosas aburridas en vez de conocer la ciudad.
Esto resultó ser muy interesante: toda la gente casi anda en bicicleta, de hecho las calles de la ciudad están hechas con carriles especiales para usar bicis en todos lados, y la gente va de aquí para allá en sus bicicletas o en patines, incluso se veía que salía gente de sus trabajos y las usaban! aunque fuera con zapatillas, o traje o demás. La verdad algo así necesita la ciudad de México.
Lo malo fue que no pudimos obtener el plano del metro para adjuntarlo a la colección que ya llevamos, París y Londres, pero con la fotocopia que nos dieron en el hotel ya tenemos uno.
La ciudad está muy tranquila, serán vacaciones, pero en México es lunes en la tarde y hay tráfico, aunque casi no haya gente, y aquí todo está muy despejado.
Caminamos por la avenida Ludwig I y nos detuvimos a tomar algo en un café: Javier una clásica cerveza bávara (una Franziskanen) y Lore un café con tequila y kalhúa, muy ricos ambos!
Seguimos caminando, fotografiando. Vimos unos aparadores con unas joyas de oro, que costaban nada más y nada menos que la pequeña cantidad de ¡3500 euros o más!Al llegar la hora acordada, 10.30, nos fuimos al metro y no había nadie! maldita maldición! estupidez! esperamos como 20 minutos y no llegó nadie: o ya se habían ido, o como ni nos pelaron decidieron verse hasta más tarde y sin avisarnos, no se vale!
Terminamos decidiendo irnos nosotros, y como no teníamos para el metro, tuvimos que ir a cambiar dinero para poder pagar (no aceptaban billetes grandes, otra cosa del metro de Münich: no hay gente que atienda! puras máquinas, y todas muy prácticas, y además las escaleras eléctricas ahorran energía, si no hay nadie se detienen, y si llega alguien en un extremo se encienden solitas ya sea para subir o para bajar, depende en donde llegue la gente; y otra cosa! el metro por fin es más limpio, ordenado y bonito, no será el de México, pero es el mejor que hemos visto). El caso es que afuera en los cafés nadie nos quería un tonto billete de 20 euros por dos de 10 que sí aceptaban las máquinas (malditos de los cafés y malditos inventores de las máquinas). En fin, hasta que pudimos cambiar compramos nuestros boletos (un gasto más por culpa de los paganos que nunca aparecieron) y nos metimos al metro. Ahí nos dimos cuenta (malditos programadores de las líneas) que en el andén en dónde debía pasar nuestro metro, sólo estaban pasando hacia otros lados! (no es como en México que las líneas son exclusivas, un andén sirve para varias, pero el caso es que ya no estaban pasando para la nuestra). Así que tanto tiempo pasó que hasta los paganos aparecieron y tampoco se podían ir.
Entre varias opciones, optamos por la más segura: irnos en taxi, ya eran más de 11.30pm y probar más adelante en la misma línea a ver si salían trenes no estaba siendo buena opción, además de que en la terminal todavía había que caminar como 15 minutos al hotel, que ya de noche si da miedito.
Por fin las cosas cambiaron y el taxista (bendito sea) muy buena onda, y en inglés y todo, nos supo dejar bien aquí en el hotel (un Holiday Inn), y pues aquí ya estamos ya. Además, su taxi era nada más y nada menos que el tipo de vehículo que casi todos los taxis de Münich utilizan: un Mercedez Benz! viajamos en un taxi Mercedez!!!
Ahí le dejamos, mañana hay que madrugar otra vez para irnos a Innsbruck, en Austria, y pues aún ni nos hemos aseado...
Esperamos que, fuera de esta aventura inesperada y mucho menos deseada, nos siga yendo bien.
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Eru kaluva tielyanna (Dios iluminará tu camino)
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"Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor; si perdonas, perdonarás con amor. Si tienes el amor arraigado en ti, ninguna otra cosa sino amor serán tus frutos." (San Agustín) Solamente asegúrate que en realidad sea AMOR...
miércoles, 8 de agosto de 2007
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