Resulta que en estos días, el instituto del cual soy graduado (el Instituto Politécnico Nacional, el Poli) entró en crisis, y yo que quiero mucho a mi escuela y me importan mucho mis orígenes, y que soy bastante analítico con mi propia historia, me he tratado de informar y estar pendiente de lo que pasa aquí. La conclusión que saco de todo esto es, al final, una cuestión que va más allá de mi pertenencia al Poli, y podría interesar a cualquier otro mexicano o ciudadano del mundo que esto lea...
Todo inició con una serie de modificaciones en el reglamento interno del instituto y a cambios en los planes de estudios de las escuelas de nivel medio superior (CECyTs) y de la Escuela Superior de Arquitectura (ESIA) plantel Zacatenco, que no fueron del agrado de la comunidad politécnica. Para no hacer larga la introducción y puesta en contexto, en resumen (que como todo resumen va a dejar muchos huecos y ambigüedades aquí y allá) diré que por un lado se rumoraban cambios al reglamento que apuntaban a situaciones poco convenientes para los futuros egresados, y en general a la baja de calidad educativa de todo aquel que egresara de las escuelas del Poli, eso sin contar las afectaciones laborales a los maestros, cuestiones de dirección en el instituto, etc. (detalles para saber más, por ejemplo, aquí o aquí. Algunas de estas fuentes se escribieron recién iniciado todo, y se basan en información que, ya más informados, nos enteramos que no es del todo cierta). Del lado oficial del Poli, también hay información, la versión final (a día de hoy aún no publicada en la Gaceta y por lo tanto aún no promulgada) del reglamento aquí (PDF), y unas imágenes que intentan aclarar algunos mitos que se tienen al respecto acá.
El día jueves 25 de septiembre 2014, se inició una movilización masiva de estudiantes del Poli (de escuelas nivel medio superior y superior) que, he de decir, impresionó mucho. Aquí un video:
Cabe aclarar también que al principio se trataba de unas cuantas escuelas inconformes, pero que lograron un llamado masivo de todo el instituto que a partir de ese día se comenzaron a sumar al movimiento uno a uno los demás planteles. Prácticamente todos los CECyTs y escuelas de nivel superior se sumaron a la convocatoria de paro indefinido. Los estudiantes tomaron sus escuelas y anunciaron un paro hasta que se echaran para atrás los cambios al reglamento y planes de estudio que, desde la perspectiva de ellos, les afectaba en el nivel educativo, así como en todo lo antes ya expuesto.
Para mí, la gota que colmó el vaso de mi pequeño mundo sucedió cuando las escuelas de las cuales soy egresado, el CECyT 9 (la 'Bátiz') y la Escuela Superior de Cómputo (ESCOM) se unieron también al paro. Bátiz es un caso a destacar. NUNCA en su historia se había unido a paro alguno, esta es la primera vez.
Mi punto de vista respecto al paro, que a la fecha sostengo, es que este es ineficaz. Informándome un poco más, puedo decir que estoy de acuerdo con varios de los puntos que pelea el movimiento (que no con todos, muchos sólo son producto de la desinfomación, otros sólo suenan a propaganda manipulada (duélale a quien le duela), y otros puntos del Reglamento incluso los veo como benéficos aunque sean parte del conflicto). Pero en sí, el que la comunidad del Poli busque un mejor nivel educativo, y por lo tanto evitar que este nivel decaiga con medidas incongruentes, son los puntos por los cuales sí apoyo, entre uno que otro punto administrativo que no mencionaré.
Sin embargo sigo sin estar de acuerdo con el paro. Y externando esta opinión me han dicho de todo, que si estoy diciendo que mejor no hagan nada, que si no hacen eso entonces qué hacen para llamar la atención, que si no me preocupa el nivel educativo de mi país... Y no, la realidad es que no estoy diciendo que no hagan nada. También les aclaro que el propósito de todo no es 'llamar la atención', sino lograr evitar que decaiga el nivel educativo del Poli, y sobra decir que me preocupa mucho el nivel educativo de México. Aprovecharé este renglón para decir además que los mexicanos son muy poco originales en sus movimientos de protesta. Marchas marchas marchas, paros, huelgas. Que a veces ni logran su objetivo. Y tratándose de estudiantes de una institución del tamaño del Poli, esperaba mucho más ingenio y creatividad a la hora de manifestarse. No se, si alguien le interesa le recomendaré este libro, a ver si alguien por fin lo lee y se le prende el foco de crear maneras creativas, auténticas y eficaces de protestar y lograr objetivos, ganándose además el apoyo del público, que aunque muchos no lo quieran creer (o no lo quieran ver o piensen que es lo de menos), pesa y mucho.
Estoy de acuerdo con esos puntos que mencioné del movimiento pero no con la manera en que lo manifiestan (salvo la marcha del jueves 25, aparte de impresionar, logró su objetivo: la directora del Poli tuvo que decir que los planes de estudio se iban a revisión, y el reglamento interno comenzó a comunicarse de manera más amplia). Para mi, el paro es la última opción, la que había que tomar luego de haberse movilizado de otras maneras (que dejo patente en la conclusión de esto), y es ineficiente por una razón importantísima: el medio para lograr resolver conflictos es el diálogo. Desde mi punto de vista el paro es el método más ineficaz para promover el diálogo, porque promueve también que entre los participantes se 'sectaricen' o se 'extremicen' las posturas, lo que cierra muchas veces los oídos al diálogo.
Las autoridades pueden tener muchísimos defectos. Es más, me atreveré a decir que gracias a su falta de disponibilidad para comunicar correctamente las cosas es que se provocó todo esto (sin eximir a la otra parte, ya hablaré de ello). Sin embargo, aún pueden poner en orden las cosas, si los estudiantes y su movimiento se saben mover para que lo hagan. Entre más se lleven al extremo las posturas, menos posibilidad habrá de arreglar esto con un sano diálogo y todos en santa paz. Y al final lo que puede suceder es una degradación del instituto. Y lo digo con preocupación. Dije que quiero mucho a mi escuela, y en verdad así lo siento.
En fin, acabo de ver (más bien escuchar) un par de videos que me movieron a escribir todo esto.
El primero es una 'filtración' de una sesión del Consejo General Consultivo del IPN (el órgano que discute todas las cosas que atañen a su gobierno, y que aprobó el miércoles 24 el nuevo reglamento). En el consejo, para quien no lo sepa, no sólo participa la directora del instituto (quien lo preside), sino también los llamados consejeros, un grupo de maestros y estudiantes de varios planteles del instituto, elegidos democráticamente por elección de parte de los miembros de dichos planteles. Así, tanto estudiantes como maestros tienen representación en el consejo, por lo que, en teoría (como todo en temas de democracia), se vela por los intereses de todos. El video (que más bien es audio), aquí:
El segundo video también es interesante. Muestra a una maestra (me parece que de UPIICSA), miembro del CGC informando a los maestros sobre la situación, cómo les afecta laboralmente, y asegurando que la aprobación final del Reglamento se llevó a cabo en sesión extraordinaria a la que a varios de los consejeros ni les informaron que se llevaría a cabo (si eso es cierto, me parece que debería de argumentarse alguna ilegalidad en el proceso, no lo sé).
Al final, puedo concluir unas cuantas cosas.
- Primero que, al menos hasta ahora, el movimiento de los politécnicos tiene para mí razón de ser, en virtud al menos de la búsqueda de calidad educativa, o de la no pérdida de la misma. Muy a pesar de eso, estoy en contra del paro, aclaro otra vez.
- Segundo que, estando contra el paro, no creo que la otra opción sea la inmovilidad. Hay posibilidad de presionar en el CGC. Si hay miembros como la maestra que habla en el video, y si la gente se pusiera a pedirle a sus consejeros que hiciera su chamba, (o si de menos leyeran a Saúl Alinsky) otra cosa sería...
- Tercero y último, que hay un claro culpable de todo esto. Y no, no es la directora del Poli: es la comunidad politécnica en su totalidad. ¿Por qué? Porque tanto los consejeros NO informaron, como los representados por los mismos NO exigieron que les informaran. No sólo de esto, sino de todos los asuntos tratados en el consejo. ¿Cuántas veces los politécnicos repasan las resoluciones del consejo publicadas en la Gaceta oficial? ¿Cuántas exigen a su consejero que mueva tal o cual decisión en favor de su escuela? ¿O le piden cuentas de lo que sucede en las reuniones del CGC?
es otra cosamas de fondo: la cultura democratica de los mexicanos, aun profesionistas y estudiados, esta de la SHIT
— Javier Novoa Cataño (@JaviStitch) septiembre 29, 2014
Así que, si algo podía haberse hecho para evitar esto (o mejor aún, si algo se puede hacer para evitar que vuelva a suceder), es justamente cambiar en aquello que TODOS los mexicanos adolecen. Una falta de cultura democrática que incluso enferma. Si en esto, que le inmiscuye directamente a los alumnos (o hasta a los profesores, no se) no se pusieron las pilas para pedirle a SUS consejeros (elegidos por ELLOS) cuentas claras, ¿cómo podemos esperar que algún día, o ya de una vez, le pidan cuentas a su diputado local, o al federal? Y si quisiera unirme al sospechosismo generalizado, podría decir también: una autoridad que quiera imponer sus intereses la tiene MUY fácil si cuenta con consejeros (o diputados) que no informan, y sobre todo con estudiantes/maestros (o pueblo) que no exigen. Al final es más fácil hacer una marcha y lanzarse a gritar consignas contra el presidente (o la directora del IPN, en analogía es lo mismo), que ejercer SU derecho democrático. Y lo mismo que no es el presidente (por muy Enrique Peña Nieto que sea) el culpable de la situación del país, sino todo su pueblo. Pobre México, por eso estás como estás...
O, como ya se dijo antes hace casi dos mil años... "El que es fiel en lo muy poco, es fiel también en lo mucho; y el que es injusto en lo muy poco, también es injusto en lo mucho."
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Eru kaluva tielyanna
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