jueves, 16 de marzo de 2006

Algunas frases de la Liberación...

“Siento furiosa la realidad y la llamada del Tercer Mundo. Traigo para siempre en mi corazón, confusamente, como un feto, África, el Tercer Mundo, y esa nueva Iglesia -la Iglesia de los pobres- que diríamos luego a partir del concilio”. Pere Casaldáliga

La lealtad, la libertad y la profecía no se improvisan. Cada uno da lo que es.

El Evangelio es para los ricos, pero contra su riqueza, sus privilegios, su posibilidad de explotar, dominar y oprimir.

¿Qué hace que una misma situación de injusticia a unos los subleve y a otros los deje tranquilos? La extraña discrepancia tiene quizás esta explicación: hay quien se toma en serio lo de que el amor a Dios se verifica en el amor a la persona, el respeto u ofensa de la persona es respeto u ofensa de Dios y, a mayor ofensa, más indignación y compromiso.

“Yo, Pedro, soy incapaz de presenciar un sufrimiento sin reaccionar. Yo nunca me he olvidado de que nací en una familia pobre. Yo me siento mal en un ambiente burgués. Siempre me pregunté que si puedo vivir con tres camisas por qué voy a necesitar tener diez en el armario. Los pobres de mi prelatura viven con dos, de quita y pon”. Pere Casaldáliga

La teología de la liberación no es un invento moderno, ni está a punto de extinguirse. La teología de la liberación nació en América Latina porque cuando el teólogo pensaba se encontró con un clima de opresión y también de liberación. Las cabezas pensantes de los teólogos iban precedidas por los pies caminantes del pueblo. Han sido muchas las barbaridades colgadas de la teología de la liberación. Nosotros no hemos optado por Marx sino por el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, por su Reino y sus pobres. La teología de la liberación nos obliga a analizar la trágica situación de los dos tercios de la humanidad, señalarla como contraria a la voluntad de Dios y asumir compromisos prácticos. Sólo a los enemigos del pueblo no les gusta la teología de la liberación. ¡Celebrarían tanto que los cristianos pensasen sólo en el cielo...despreciando la tierra!

“Tu MITRA será un sombrero de paja; el sol y la luna; la lluvia y el sereno; el pisar de los pobres con quien caminas y el pisar glorioso del Señor. - Tu BACULO será la verdad del Evangelio y la confianza del pueblo en ti. - Tu ANILLO será la fidelidad a la Nueva Alianza del Dios Liberador y la fidelidad al pueblo de esta Tierra. - No tendrás otro ESCUDO que la fuerza de la esperanza y la libertad de los hijos de Dios. - No usarás otros GUANTES que el servicio del amor”. Pere Casaldáliga

No hay cosa que más asuste a los espiritualistas y que más recelos provoque en muchos cristianos que el tema de la política. Es casi un tema tabú, que se demoniza sin más, como cosa incompatible con la fe. Sin embargo, pocas verdades tan claras en los Evangelios como la de que Jesús fue ajusticiado por el poder político y religioso -la sinagoga y el imperio-. Y lo fue por su intolerable parcialidad: “No se puede servir a Dios y al dinero”.

Hoy se pretende desleír la cruda realidad de que la sociedad es una inmensa pirámide de desigualdad, donde unos están arriba y otros abajo, unos son más y otros menos, donde unos viven en la abundancia y otros en la miseria, donde unos oprimen y otros son oprimidos. Y sería un verdadero sacrilegio querer atribuir esta composición piramidal a Dios, justo y nivelador por excelencia: “Todos vosotros sois hermanos”. El Dios de los señores no es igual al Dios de los pobres. “O se sirve al sistema o se sirve al pueblo. En todos hay un político: reaccionario, reformista o transformador”.

Hoy la realidad de los pueblos es global, mundialmente interconectada, pero se ha globalizado bajo el dictado y leyes del neoliberalismo.

“Creo que el capitalismo es intrínsecamente malo: porque es el egoísmo socialmente institucionalizado, la idolatría pública del lucro, el reconocimiento oficial de la explotación del hombre, la esclavitud de muchos al yugo del interés y la prosperidad de los pocos. Una cosa he entendido claramente con la vida: las derechas son reaccionarias por naturaleza, fanáticamente inmovilistas cuando se trata de salvaguardar el propio tajo, solidariamente interesadas en aquel Orden que es el bien... de la minoría de siempre”. Pere Casaldáliga

“Yo me atengo a lo dicho: La justicia: a pesar de la ley y la costumbre, a pesar del dinero y la limosna”. Pere Casaldáliga

Fuente: Blog Eclesalia


El objetivo y la mediación de todas esas causas nuestras se pueden formular en este postulado: Humanizar la Humanidad, practicando la proximidad. ¿Es una utopía? ¡El Evangelio es una utopía mayor! Adaptando la palabra del poeta: “Utopía necesaria como el pan de cada día”. No la utopía quimérica que arribaría a un “no-lugar”, sino un proceso esperanzado que navega hacia un “lugar-otro”, ¡un “buen-lugar”, eu-topia!

Porque no aceptamos la fatalidad de ese sistema de capitalismo neoliberal que nos imponen, hecha mercado la vida, cuadradas las cabezas en un pensamiento único, bajo un macro-imperialismo político, económico, militar, cultural.

La globalización actual, con todos sus pecados, graves, tiene como contrapartida la virtud de hacer que hoy, como nunca, la Humanidad se sienta “una”. Estamos descubriendo, por necesidad, que navegamos en un mismo barco. “El choque de civilizaciones” o “la alianza de civilizaciones” son la alternativa inevitable. Como ahora nos encontramos todos con todos, debemos optar o por chocar unos contra otros, en la intolerancia y en la agresión, o por abrazarnos en la comprensión y en la complementariedad. “Las naciones son contenido, no fronteras” afirma Baltasar Porcel. Muros, “vallas”, cercas, leyes de intolerancia, no son la solución humana. Los “bárbaros del sur” acabarán rompiendo las fronteras de la separación. “El hambre no tiene fronteras”, gritaba el superviviente de una “patera” africana. Esos nuevos bárbaros acabarán invadiendo la tierra, la casa, la mesa, el alma de los privilegiados de un mundo primero: ¿primero en malgastar; primero en insensibilidad?

La más esencial tarea de la Humanidad es la tarea de humanizarse. Humanizar la Humanidad es la misión de todos, de todas, de cada uno y cada una de nosotros. La ciencia, la técnica, el progreso, solamente son dignos de nuestro pensamiento y de nuestras manos si nos humanizan más.

Ya es un consenso universal que sólo habrá paz en el mundo si hay paz entre las religiones. Y que sólo habrá paz entre las religiones si hay diálogo entre las religiones. Un diálogo interreligioso, pero que sea generador de Humanidad. Porque no se trata de sentar a las religiones en una tertulia narcisista y aséptica, fuera del mundo de la pobreza, del hambre, de la guerra, del racismo, de la marginación, del miedo. El contenido central de ese diálogo interreligioso ha de ser también humanizar la Humanidad, en nombre de Dios. Para nuestra fe cristiana el propio Dios tomó la dimensión humana del hombre Jesús de Nazaret. Infelizmente, durante siglos, y todavía hoy, las religiones vienen siendo, con demasiada frecuencia, fundamentalismo, división y hasta guerra. Es hora de creer en plural unidad en el Dios de la vida y del amor y de practicar la religión como justicia, servicio y compañía. Un Dios que separa la Humanidad es un ídolo mortífero.

Esa tarea primordial y común de humanizar la Humanidad se hace practicando la proximidad. El Evangelio de Lucas (10, 25-37) nos ofrece la parábola paradigmática para esa praxis humanizadora. El maestro de la ley responde correctamente a la pregunta de Jesús sobre los mandamientos. Sabía el catecismo, por lo menos en su letra. Pero “para justificarse” el doctor en religión pregunta a su vez: “¿Y quién es mi prójimo?” La respuesta de Jesús es desconcertante y provocadora; para el doctor de la ley, para todo el pueblo que escucha “en aquel tiempo” y también para nosotros que la escuchamos hoy, aquí. Prójimo es aquel o aquella a quien yo me aproximo y, en primer lugar, los caídos en el camino, las personas al margen, las mujeres violentadas y sometidas, los emigrantes sospechosos, los extraños de quien no quiero ni saber, ocupado como estoy en mis negocios o tal vez con mi culto…

Yo me debo hacer prójimo descubriendo al prójimo, buscándolo, acogiéndolo, dando y donándome en su servicio. Sin hacer acepción de personas. Sin miedo de contaminarme con un samaritano heterodoxo.

Solamente amo al prójimo en la medida en que salgo, libre, abierto, solidario, al encuentro del prójimo, aproximándome a él, aproximándolo a mí.

No se humaniza la Humanidad con máquinas y formulaciones (útiles en su tiempo y a su debido modo), sino con la aproximación humana de cada uno y cada una, de cada persona y de cada pueblo. Humanizar la Humanidad practicando la proximidad. La Teología de la Liberación nos ha recordado que la verdadera ortodoxia se verifica en la ortopraxis. El propio ser de Dios “consiste en estar amando”, nos dice en el Nuevo Testamento la primera carta de Juan (4, 8-16).

Pedro Casaldáliga
São Félix do Araguaia, 9 de marzo de 2006

Fuente: Blog Eclesalia
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viernes, 3 de marzo de 2006

La opción por los pobres

LA OPCIÓN POR LOS POBRES

Reflexión personal

MIGUEL ESQUIROL VIVES

COCHABAMBA (BOLIVIA).

Para mí, en primer lugar la opción por el pobre es una conversión, un cambio de mentalidad, de mirar la vida desde arriba y desde afuera a mirarla desde abajo y desde dentro. Desde abajo, pues muchos hemos visto la realidad siempre desde arriba, desde una clase social privilegiada, y desde dentro, es decir, desde el entramado histórico, social y laboral de mi país. Desde dentro es también ponerse en la piel del otro, para poderlo comprender, esto es hacerse el otro. Es la encarnación continuada en la historia, camino para la justicia, para el diálogo, para la solidaridad, para la convivencia y desde luego para el amor. Comenzando con el prójimo que sufre o es menos feliz y que encuentro en mi camino de todos los días, en esos encuentros reales con el otro.

La opción por el pobre para los cristianos y para mucha gente religiosa, ha de ser previamente la conversión del concepto de Dios, del Dios preocupado por el pecado y por la ofensa recibida de parte de los hombres y las mujeres, como en el Antiguo Testamento, al Dios de Jesús preocupado por el sufrimiento del ser humano. La conversión de un Dios desencarnado al Dios encarnado, en ese cuerpo del Cristo que convive conmigo en la ciudad o en el campo, en la familia o en el barrio, en el bus camino a mi trabajo y en mi trabajo.

La opción por el pobre, es la opción por el Reino de Dios predicado por Jesús, el Reino de Dios que está cerca, por que es posible curar el sufrimiento y las enfermedades provenientes sobre todo por la situación de injusticia y de pobreza.

Por eso la opción por los pobres es la opción por la justicia. Justicia, que para el creyente es más profunda que la simple justicia distributiva o justicia social y económica, pero también se trata de esta justicia.

Y optar por la justicia, es además una opción personal y peculiar para cada individuo, para cada cristiano, pero a nadie y menos al cristiano puede importarle poco el dolor del mundo, que además es el dolor de Dios, sino se ha desencarnado. A nadie puede importarle poco la infelicidad, la pobreza, las injusticias sociales y económicas ni las hambrunas ni las guerras, ni la desocupación ni los despidos de miles de trabajadores, ni el abuso del capital sobre el trabajo ni el abuso de los fuertes sobre los débiles.

Optar por el pobre es por tanto denunciar las injusticias, es entrar a la política, a las luchas sociales, a la resistencia a un sistema injusto, es votar por quien representa a las mayorías, que en Latinoamérica son pobres, y es anunciar con hechos inteligentes honestos y eficaces, todos los días, desde cualquier estado, oficio, ocupación o profesión, la llegada del Reino de Dios, el alivio del dolor, del sufrimiento, de la opresión, de la carga pesada de la vida como lo es para muchos, procurando crear felicidad y posibilidades de felicidad en los demás.


Fuente: Blog Eclesalia


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miércoles, 1 de marzo de 2006

Hay otras formas de entender el amor... (crónicas de la Casa de la Juventud)

'AMOR', palabra muy utilizada hoy en día para hablar de numerosas realidades. Amor aquí y amor allá. Según el diccionario, la palabra amor tiene tantos significados, a veces discordantes, que pueden causar confusión (basta ver que se va desde definirlo como un afecto, como un sentimiento hasta un producto de la pura atracción sexual).

Como no sabemos qué decir, qué pensar respecto a esa confusión, normalmente solemos dejarnos llevar por lo que tenemos más a mano, sea TV, grupo de amigos o la
sociedad más cercana en la que nos desenvolvamos. Lo malo viene cuando no siempre tienen la razón. ¿La tienen? La verdad es que mucha

s veces el término se utiliza (o se sobreutiliza) como pretexto para... vender un producto, obtener un placer a cambio (con lo que el producto aquí es la otra persona) o simplemente aumentar el rating o la popularidad entre los amigos ('¿lo supiste? yo ya me la fajé, es una fácil...' 'voy a conseguirla(o) cueste lo que me cueste, voy a hacer que al menos me de un beso') Y claro, muchas veces se nos olvida que con todo esto, hacemos de la otra persona, ¡o peor aún! a cada uno de nosotros mismos, un simple objeto, un instrumento, generalmente para obtener placer, que para eso sí que se usa el término AMOR hoy en día.
Pues bien, buenas noticias, AMOR no significa nada de eso. Si algo me cansa ya estos días es oír esas opiniones vacías que cuando les preguntan (en tono teto y mamón) '¿cuál es el mejor sentimiento del mundo?' y les responden (en el mismo tono o uno peor) 'el amor...' Naaa, grave error. El Amor no es, nunca ha sido, y Dios quiera no se convierta sólo en eso, un 'sentimiento'. Si acaso sentimiento es esas mariposas que sientes cuando se acerca la chica o chico que te gusta (y no lo niego, se siente muy bonito y muy extraño... ¿quién comprendiera a esa persona del sexo opuesto?) Pero no, Amor es más que eso, implica más que eso, conlleva muchísimo más. Amor es, ante todo, actitud de vida, opción, forma de ser. No se siente amor, se es y se vive amor, o de plano se es y se vive la basura que nos ofrece hoy día la televisión.
Y eso, escencialmente eso, es lo que quisimos decir este fin de semana. Amor, es entrega, donación, opción por el otro. Y tanto se refiere y se relaciona con la 'persona amada' como, si es de verdad, con todos los demás. No vas por ahí sintiéndote un gran 'amante' porque te llevas bien con tu novia pero además aborreces, odias, discriminas, o simplemente eres un ojete o un hipócrita que se faja con la primera, que antepone sus placeres a los demás (y placeres de cualquier tipo, llámese sexo, llámese el simple chupe que te tomas luego de hacerle creer a la gente que eres alguien muy coherente sólo por unas palabras que dijiste). Así pues, llamémosle Amor a lo que es...
Concluyo con unas frases que me gustan... 'No hay amor más grande que el de quien da la vida por sus amigos' (Jesús de Nazaret). 'Si dices que amas a Dios pero aborreces a tu prójimo, eres un mentiroso, porque no se puede amar a Dios y no amar al prójimo' (Juan, el de las cartas). 'No se puede amar a Dios y al dinero' (otra vez, Jesús de Nazaret, y aquí 'dinero' significa no sólo los billetes, pueden ser las posesiones, la moda, el sexo por puro placer sin amor, etc. etc. etc.)
Eso es todo... solamente recuerden, 'Dios, es Amor'

Stitch


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"Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor; si perdonas, perdonarás con amor. Si tienes el amor arraigado en ti, ninguna otra cosa sino amor serán tus frutos." (San Agustín) Solamente asegúrate que en realidad sea AMOR...