Este año, 2022, ha representado muchos cambios para mi vida espiritual. Y creo yo para la de muchos. La Casa de la Juventud tuvo que cerrar sus puertas por diversas circunstancias. Por supuesto que eso nos dejó tristes a muchos.
Sin embargo, creo, la tristeza debe ser pasajera. No es bueno quedarse en ella, tampoco en los recuerdos. A riesgo de convertirnos en personas que sólo recuerden el pasado y celebren lo grande que fueron los días de antaño. Un llamado hay en mi mente desde hace mucho: "ve y anuncia".
Y sin planearlo ni preverlo, eso pude hacer. Esta es la historia de cómo sucedió en esta Pascua 2022:
La historia tiene dos partes, la familiar y la de amigos. Ambas tienen su componente de llamado, y ambas tienen su pedacito en esta historia.
Empiezo por la familiar:
Días antes de semana santa, mi mamá se acercó conmigo a plantearme una inquietud. Ya que no hay Casa de la Juventud, ¿cómo podemos hacer algo que vivan los niños y que les deje una vivencia sobre lo que significa la Pascua? En casa hay varios niños, además de los dos míos, tengo varios sobrinos, sobrinas más bien. Y todas de casi la misma edad.
Terminamos decidiendo organizar una pequeña cena en Jueves Santo. Ya hacía años mi papá solía convocarnos para hacer algo similar. Siguiendo un esquema que alguna vez recibieron mis papás del grupo al que pertenecían, hacían una comida o cena con un esquema muy similar (debo decir más bien, que con su debida distancia es similar) a la cena de Pascua judía. El esquema incluye comentarios y explicaciones muy didácticas para cristianos, en los que pueden entender los momentos de la cena donde posiblemente Jesús hizo ciertos gestos muy famosos: el lavatorio de pies, el partir el pan, el compartir el vino, y otros tantos.
El esquema es muy interesante para aprender, pero poco atractivo para que los niños lo vivan. Así que pensando, ideé un esquema alternativo, resumido y (lo confieso) aligerado para niños. Con el mismo toque didáctico, pero sobre todo para que vivieran los momentos importantes.
Así salió esto:
Iniciamos con un momento de cierta solemnidad, pero sobre todo de oración (muy al estilo de la Casa), en la que incluimos, no podía faltar, un gesto sobre el servicio como característica esencial de un cristiano. Con cantos, una oración y un Padre Nuestro, el momento quedo redondo.
Pasado eso, proseguimos a la cena. Mi intención, más que elaborar cada momento del rito judío (al menos según el esquema con el que contamos), era explicarle a los niños cómo quizá pudo vivir Jesús ese momento de la Última Cena. Dejando a un lado todas las oraciones que el rito incluye, para cada parte de la misma (repito, no por decidia, sino por didáctica para nosotros gentiles, incluidos mis hijos y sobrinas), incluimos ciertos momentos...
Mi mamá hizo la oración correspondiente para encender las velas al inicio:
Mi hijo, el más pequeño de los presentes, hizo las cuatro preguntas sobre el motivo de la cena:
Y posterior a ello, en versión resumida expliqué el motivo de la cena (la salida del pueblo hebreo de Egipto, liberados por Dios de la esclavitud a través de diversos milagros). Cabalmente, me aseguré que mis hijos vieran una película para que todo eso nomás les resonara ;)
En la cena contamos con lo que, según el esquema, no debe faltar: el pan ácimo, el vino (jugo de uva para los niños), la carne de cordero, las hierbas amargas, el agua con sal y un dulce muy rico de higo y dátiles llamado jaroset.
Aquí unas fotos de la cena:
Antes de comenzar a cenar, ya sin solemnidad pero si dentro del mismo momento, me aseguré de contarles sobre el pan y el vino, y el momento en que Jesús compartio estos elementos como símbolo de su entrega, cuerpo y sangre, y lo que para nosotros como católicos representa, y el por qué hoy día lo seguimos haciendo en la Eucaristía.
Esa fue la experiencia familiar en esta Pascua... la de amigos la relato en otra entrada :)
---
Eru kaluva tielyanna (Dios iluminará tu camino)
"Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor; si perdonas, perdonarás con amor. Si tienes el amor arraigado en ti, ninguna otra cosa sino amor serán tus frutos." (San Agustín) Solamente asegúrate que en realidad sea AMOR...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario